Reseña de cómic – Star Trek: Red Shirts #5
Villordsutch reseña Star Trek: Red Shirts #5…
Desde el primer día, Star Trek: Red Shirts nunca fingió que las cosas terminarían bien: nos ha dado disruptores romulanos derritiendo rostros, espantosos accidentes con transportadores, un planeta tan inhóspito que prácticamente intenta asesinarte a primera vista, y en ocasiones lo consigue. El tipo de misiones que dejan incluso a oficiales veteranos mirando al vacío. Este final no suaviza ni un solo golpe. Te arrastra de nuevo al catastrófico desastre de la Misión de Desembarco, a la horrible verdad de que ser la columna vertebral de la Flota Estelar significa sangrar por una causa de la que la mayoría jamás oirá hablar. Es brutal, y exactamente el tipo de capítulo final que esta serie nos ha estado retando a sobrevivir.
Esto es todo. Nuestros dos últimos oficiales de seguridad —Miller y Raad— han llegado a su escenario sin salida. Tomados como rehenes por romulanos, paseados frente a klingones, y con el “Disco de los Secretos” de la Flota Estelar justo fuera de su alcance. ¿Podrán completar su misión final? ¿Alguno de los dos saldrá con vida para contar la historia de La Batalla de Arkonia 89? Todo se reduce a esto: honor, secretos y confiar en el oficial que tienes al lado.
¡¿Qué demonios?! Honestamente creo que es la primera vez que, mientras leía un cómic de Star Trek, he soltado una expresión que pondría colorado a un marinero. Una vez más, Christopher Cantwell entrega un número de Star Trek: Red Shirts que se clava firmemente en tu cerebro. Y lo peor es que ni siquiera puedo decirte qué provocó mi arrebato de lenguaje colorido sin arruinar por completo este capítulo final de lo que ha sido una serie sobresaliente. Me encantaría —quiero subir a la colina más alta y gritar sobre este increíble giro traicionero de Trek. Todos merecen saber lo que ahora yo sé. Pero, en pocas palabras y sin spoilers: este número es desgarrador, asombroso y totalmente increíble.
Puede que ya haya dejado entrever mis sentimientos, pero, honestamente, no pude contenerme. Toda esta serie ha sido algo especial. Desde la narración perfectamente brutal de Christopher Cantwell, hasta el arte increíble de Megan Levens, y los constantes colores fantásticos de Charlie Kirchoff, que ha bañado cada número con una paleta de colores brillantes, hermosos y sangrientos. Y sin duda debo añadir la rotulación de Jodie Troutman: elecciones sutiles escondidas en los globos que tu cerebro percibe antes que tus ojos. Podría agradecer a cada persona que hizo que esta serie brillara, desde los artistas de portada hasta el “Afilador de lápices”, pero si lo hiciera estaría aquí todo el día. Así que gracias, a todos ustedes.
Ahora, sin embargo… no sé qué hacer. Se acabó. Cinco meses han pasado volando, y uno de mis nuevos amores de Star Trek ha cerrado su contraportada por última vez. Star Trek: Red Shirts ha sido una de mis mayores sorpresas del año. En ningún momento esperaba obtener este nivel de calidad tanto en historia como en arte de lo que esencialmente se había convertido en una broma de nerds de la ciencia ficción en internet. Pero aquí estamos, despidiéndonos de una de las mejores piezas de Trek que jamás haya leído en formato cómic.
Si te has perdido esto, sinceramente lo siento por ti: ha sido brillante. Estate atento al tomo recopilatorio (TPB) en un futuro cercano. Si has estado aquí durante todo el trayecto, estoy seguro de que estarás de acuerdo: ha sido fantástica de principio a fin.
VER TAMBIÉN: Entrevista exclusiva – Christopher Cantwell y Megan Levens hablan sobre Star Trek: Red Shirts
Calificación: 10/10
@Villordsutch
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