Reseña de Suspended Time: Oliver Assayas combina pasiones e historia personal en una comedia desenfadada

      Nota: Esta reseña se publicó originalmente como parte de nuestra cobertura de la Berlinale 2024. Suspended Time se estrena en cines el 15 de agosto.

      Los memes no te dejan olvidarlo, pero 2019 fue hace medio decenio. Ese fue también el año en que se estrenó en el Festival de Venecia Wasp Network de Olivier Assayas —un extraño retorno al terreno de su serie de televisión Carlos, y posteriormente recogida por la Netflix de la era Narcos—. Esa fue la última película de Assayas, lo que convierte el periodo intermedio (aparte de Irma Vep para HBO) en la mayor sequía de su carrera de 38 años. El diestro director vuelve esta semana a la Berlinale con el apropiadamente titulado Suspended Time, un ensayo personal envuelto en una comedia natural que no muestra señales en absoluto de una larga gestación.

      Naturalmente, todo sale ganando por ello. Apareciendo tanto como protagonista como (no por primera vez) alter ego del director, Vincent Macaigne interpreta a Paul, un cineasta que sobrevive al verano de 2020 junto a su hermano periodista musical Ettienne (Micha Lescot) y sus nuevas parejas, Morgane (Nine d’Urso, ridículamente atractiva y aquilina) y Carole (Nora Hamzawi, otra habitual de Assayas), en los agradables alrededores de la casa de su infancia. Para matar el tiempo hablan de cine y libros, intercambian recuerdos de pisos compartidos, comen las numerosas crepas de Ettienne, juegan al tenis y ayudan con chapuzas en la casa (incluyendo un buen gag recurrente que implica una cacerola). Etienne presenta un programa de radio en línea: lo vemos dedicar un episodio al teclista de los Stranglers, Dave Greenfield, que murió de COVID ese verano. Paul a veces se retira entre los árboles para hacer llamadas por Zoom con su terapeuta (Dominique Reymond), y otras veces a su habitación para hablar con su hija y su exmujer (interpretada por Maud Wyler, que guarda un notable parecido con cierta persona). Rara vez sintiendo la necesidad de acelerar, la película atraviesa sus 105 minutos a una cómoda altitud de crucero.

      Assayas, que ha salpicado su siempre sorprendente carrera con comedias ágiles, autoconscientes y centradas en sofisticados personajes, rara vez ha jugado tan cerca de casa. Suspended Time (a la que el director se refiere en las notas de prensa como una “versión veraz, digamos documental” de su película de 2008 Summer Hours) comienza con planos estáticos del edificio y del área que lo rodea de su propia juventud, centrando la atención en especificidades que duelen con una especie de melancolía otoñal temprana. En voz en off, el director ofrece observaciones lacónicas sobre lo fea que es la butaca de su padre y cómo las raíces de un árbol añejo han sangrado sobre el sendero. A lo largo de la película vuelve a este formato ensayístico, empleando imágenes estáticas de obras de arte en pantalla (similar a las de Personal Shopper). En uno de esos momentos Assayas rumi­a sobre la capacidad del cine para capturar la naturaleza (fotografiada por el gran Éric Gautier, Suspended Time está fácilmente a la altura de esa tarea) sobre un boceto de David Hockney en iPad y algunos Monets tardíos del Sena.

      La facilidad con la que Assayas cambia entre sus digresiones y la narrativa central es impecable, y quizá no habría sido tan fluida sin la presencia entrañable y magnética de Macaigne —un actor que durante más de una década ha hecho que las entradas de pelo retrocedidas tengan buena prensa. En Suspended Time, presta su voz a la apreciación de Assayas por Once Upon a Time… In Hollywood y por la épica “Murder Most Foul” de Bob Dylan con la clase de energía irresistible que me hizo enamorarme de él por primera vez en Eden de Mia Hansen-Løve —donde ofreció una mini conferencia sobre los méritos de Showgirls mucho antes de que esa opinión fuera tratada como canon. Como Paul, hace que el romance algo excéntrico por edad con la Morgane de d’Urso parezca totalmente creíble, y Assayas casi les permite cerrar el capítulo final en un acuerdo romántico, solo para empujarnos de nuevo a un epílogo agridulce. Aquí, un cameo encantador de la joven actriz que interpreta a la hija de Paul redondea una película en la que las pasiones e historia personal del director parecen menos un sazonado que la propia sustancia. Es bueno tenerlo de vuelta.

      Suspended Time se estrenó en la Berlinale 2024.