
Sus hermanas fueron atrapadas por los talibanes. SCAD intervino para salvarlas
Sabrina Spanta se enfrentaba a una tarea imposible: ¿cómo salvar a sus hermanastras de los talibanes, que se hicieron con el control de Afganistán y despojaron a las mujeres de su educación y su libertad? Lo que siguió fue una odisea de dos años de valentía, resistencia y una colaboración de alto riesgo con el Savannah College of Art and Design. La colaboración no sólo puso a salvo a sus hermanas, sino que también inspiró "One Step Away", un premiado cortometraje que acaba de ganar el premio a la Mejor Película de Guerra en el 2024 Roma Short Film Festival.
Tras la retirada de Estados Unidos de Afganistán en 2021, Spanta -graduada en diseño de moda en la SCAD en 2016- se dirigió a la presidenta de la SCAD, Paula Wallace, con una súplica desesperada: "¿Puede SCAD ayudar a salvar a mis hermanas?"
Sus hermanastras, Saki y Soda, que habían estado estudiando arquitectura e ingeniería hidráulica, estaban atrapadas bajo el régimen talibán y se les negaban sus derechos básicos a la educación y la libertad.
El desenlace fue una saga de obstáculos burocráticos, huidas peligrosas y una determinación inquebrantable. La administración de la SCAD reunió sus recursos para conseguir visados, becas y un pasaje seguro para las jóvenes.
La misión supuso una arriesgada huida e incontables noches sin dormir. Pero al final, las hermanas consiguieron llegar a Estados Unidos, donde ahora estudian arquitectura en la SCAD, abrazando una nueva vida de libertad y oportunidades.
Pérdida y valor El viaje de Spanta a Estados Unidos comenzó décadas antes. Nacida en Afganistán, perdió a su madre biológica cuando era niña. Su padre, guardia de seguridad en un hospital, les ocultó la verdad a ella y a sus hermanos, diciéndoles que su madre había sido trasladada a Estados Unidos para recibir tratamiento médico. Spanta no se enteró de la devastadora verdad hasta que un vecino le hizo un comentario fuera de lugar.
A los ocho años, Spanta y su hermana fueron adoptadas por su familia afgano-estadounidense en EE.UU. El choque cultural fue profundo.
Lea también: Las mejores escuelas de cine de Estados Unidos y Canadá, 2024 "La primera vez que vi a mi madre estadounidense conduciendo un coche, me quedé asombrada", recuerda Spanta. "En Afganistán, ese tipo de libertad para las mujeres es inimaginable. Para mí, conducir simbolizaba el control sobre tu propio destino"
Esa perspectiva ha acompañado a Spanta durante toda su vida. Incluso cuando se "americanizó", nunca olvidó los fuertes contrastes entre sus dos mundos.
"Estoy agradecida por las pequeñas cosas: llevar pantalones cortos, hablar libremente, tener opciones. Son libertades que las mujeres afganas todavía no tienen", afirma.
Una audaz escapada Tras graduarse en la SCAD, Spanta se labró una carrera en el diseño de moda, trabajando para grandes marcas e incluso compitiendo en Project Runway. Pero su pasión por contar historias la llevó finalmente a la industria cinematográfica, donde ahora trabaja como diseñadora de vestuario.
Estaba muy avanzada en su carrera cuando los talibanes retomaron Afganistán y pensó que su alma mater podía ayudar: "Sabía que SCAD era una familia", dice. "Había visto a la Presidenta Wallace en actos y sabía que si alguien podía ayudar, era ella"
Su correo electrónico a Wallace provocó una respuesta inmediata. En cuestión de horas, el equipo directivo de SCAD se puso manos a la obra y trabajó sin descanso para poner a salvo a las hermanas de Spanta.
El proceso estuvo plagado de peligros y las hermanas intentaron escapar varias veces. A pesar de los contratiempos, el equipo de SCAD nunca se rindió. "Trabajaban día y noche", dice Spanta. "Fue una batalla de dos años, pero lo consiguieron"
Nuevos comienzos en SCAD Ya instalados en Estados Unidos, Saki y Soda persiguen sus sueños en SCAD. Su transición ha sido estimulante y difícil a la vez.
"El choque cultural es enorme", explica Spanta. "Algo tan sencillo como comer patatas fritas en Chick-fil-A es una experiencia completamente nueva. Todavía se están adaptando a la libertad que tienen aquí, como llevar manga corta sin miedo"
Spanta espera que su viaje inspire a otros a actuar y apoyar a las mujeres en crisis.
"Esto es sólo el principio", dice. "Mi objetivo es convertir esto en un largometraje algún día, para arrojar luz sobre lo que está sucediendo en Afganistán y ayudar a más mujeres a escapar" Imagen principal: (I-D) Sabrina Spanta con sus hermanas, Saki y Soda. Foto de Cindy Ord/Getty Images para SCAD.
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Sus hermanas fueron atrapadas por los talibanes. SCAD intervino para salvarlas
El premiado "One Step Away" relata cómo la SCAD ayudó a Sabrina Spanta a salvar a sus hermanas de Afganistán, donde los talibanes restringían sus derechos.