
Crítica de Sundance: Reconstruir es una sombría reflexión sobre la importancia de la esperanza
Todos podemos sentirnos solos. Aunque estemos constantemente rodeados de gente, podemos sentirnos distantes o aislados, perdidos en nuestra propia mente. Para algunos, ese sentimiento lo provoca la devastación. La que llega de la nada, se lo lleva todo y deja escombros. Muchos lo vemos en las noticias, pensamos "qué horror", quizá donamos algo de dinero, pero lo atribuimos a la indiferencia del destino y seguimos adelante. En Reconstrucción, Max Walker-Silverman considera que si la pérdida y la destrucción forman parte de la vida, la curación y el renacimiento también deben serlo.
Siempre hay espacio en las películas de Walker-Silverman. Aunque sólo tiene dos largometrajes en su haber, emergen una serie de temas e inclinaciones estéticas. En 2022, su primer largometraje, A Love Song, también se estrenó en Sundance; ambos han sido pequeñas historias personales con amplios telones de fondo. Hay algo desconcertante en esa combinación. Que estas figuras solitarias existan como una mancha en las grandes vistas de Colorado pone de relieve nuestra insignificancia en el planeta. Pero Walker-Silverman no es nihilista. En lugar de eso, señala esa perspectiva, esos paisajes montañosos y esas puestas de sol que nos son indiferentes, y dice: "¿No es hermoso?". Abraza la soledad y nos muestra que no estamos verdaderamente solos, aunque podamos sentirnos así. Hay personas a nuestro alrededor que se preocupan por nosotros. Puede que sean familia, puede que sean extraños, pero están ahí y todo lo que tenemos que hacer es tenderles la mano.
En Reconstrucción, Dusty (Josh O'Connor) pierde su rancho en un incendio devastador. Su Stetson araña el techo de la modesta caravana en la que está hacinado en un lugar de socorro. Derrotado y abatido, parece tan desnudo como los árboles chamuscados que rodean el terreno baldío donde estaba su casa. Vagabundea como un vacío nihilista, vende lo que queda de su ganado y recorre el camino sin rumbo de alguien abrumado por la pregunta de qué hacer a continuación. O'Connor es tan frágil en su interpretación que parece como si fuera a desmoronarse si le mirasen mal. Junto con La Chimera, O'Connor se está haciendo un nombre como ruina taciturna y desaliñada. Al igual que Paul Schrader tiene sus hombres penitentes que llevan diarios, Walker-Silverman tiene sus solitarios en caravanas en el desierto. Como la Faye de Dale Dickey en Una canción de amor, ambos llevan una vida interior rodeados de naturaleza y silencio.
Dusty empieza a pasar tiempo con su hija pequeña Caliee-Rose (una impresionante Lily Latorre), que vive con su ex pareja Ruby (Meghann Fahy), el marido de ésta y la madre cultivadora de hierba Bess (Amy Madigan). Aunque Caliee-Rose comprende la devastadora pérdida de su padre, no se ve afectada en su comportamiento, lleno de vida y de los intereses que los niños no pueden contener. Como hacen los niños, tira de su brazo mientras le lleva a cumplir sus deberes paternales, dándole dirección y propósito y sin dejarle nunca que retroceda del todo. Visita la caravana de Dusty, aún por desempacar, donde su curiosidad natural se extiende a los que viven en las otras cinco del lugar. "De todas formas, no son vecinos de verdad", responde Dusty. "No hace falta molestar a nadie". Animado por su hija y vecina Mali (Kali Reis), Dusty acaba uniéndose a sus compañeros damnificados por el incendio en la pequeña comunidad que han creado. El variado grupo se reúne en una larga mesa de comedor improvisada entre sus casas provisionales, compadeciéndose de lo que han perdido en comidas compartidas. Aunque reacio al principio, pide ayuda a un vecino para hacer funcionar el agua de su caravana. A través de sus interacciones con su familia y sus vecinos, Dusty empieza a florecer poco a poco. No sólo se siente más cómodo pidiendo ayuda, sino que empieza a ofrecérsela él mismo. "Ningún hombre es una isla" es un mensaje recurrente en la obra de Walker-Silverman. Sus largometrajes han sido dolorosamente personales, ambos ambientados en su estado natal de Colorado. Es como ver a un amigo pintar un cuadro. Su abuela perdió su casa en un incendio, y es evidente que gran parte de sus reflexiones acabaron en el guión. Sus personajes están llenos de reflexiones filosóficas sobre la pérdida. "Hay cosas que perdí que nunca recordaré. Que ya he olvidado. De alguna manera, echo mucho de menos esas cosas", dice Dusty mientras rebusca en una caja con su hija. El tema más importante de la obra de Walker-Silverman es la esperanza. Con Reconstrucción, deja claro que cuando se ha perdido tanto puede parecer que no hay nada. Todas las partes terribles de la vida son inevitables, pero son efímeras. Con el tiempo podemos continuar con nuestras vidas. Para ello, tenemos que abrazar a los que nos rodean y mirar la puesta de sol y pensar "seguro que es bonita" Reconstruir se estrenó en el Festival de Sundance de 2025. Calificación: B
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